lunes, 2 de noviembre de 2009
Dobló la esquina, la miró dos segundos bastaron para enamorarse, era extremadamente delgada, podian verse sus costillas, incluso atravez de la ropa. Su pelo era liso, ni muy largo ni muy corto, lo movia el viento. Contó tres segundos para tomarla fuerte por la cintura, tardó 1 segundo en apretarla a su cuerpo, 30 segundos para que su mano subiera lentamente por su espalda, ladeara su cuello y la besara ahí esactamente donde ella se derretia, el no lo sabia, pero su mano conocia muy bien el camino, su boca el sabor, aunque nunca lo hubiese sentido, lo conocia, de otra vida, de otro sueño de otro cuerpo. No bastó ni un segundo para que ella pudiera darle incluso lo que nadie habia tenido la suerte de probar, le dio su vida, le dio su cuerpo, le dio felicidad. Bastaron 10 minutos para hacerlo suyo, hacerla suya. Se voltearon, abrieron los ojos, la ventana , cortinas arriba, el sol radiante, despertador... las 11.25. A su lado? nada, otra mañana, la cama vacia... las sabanas limpias, la ropa en su lugar.
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